El Faro

Tú, quien se ha convertido en mi rayito de luz, alumbrando la oscuridad de mi vida; en ese faro que me guía de manera segura a mi destino en la noche. Te has convertido en la rosa de los vientos que me guia a través de este camino en poco menos de un mes desde aquella noche en que los cielos se tornaron negros poco después de que me entregaras tus labios por primera vez... Busco y busco mil y un maneras de decirte lo que siento, por que un te quiero, simplemente no esta a la altura de la tarea. Ni siquiera todos los poemas de Blake, Byron y Shakespeare juntos están a la altura de describirlo.

Hace tiempo una sabía mujer escribio lo siguiente:

"... porque no es tan fácil encontrar un cómplice en la vida, alguien que te cuide, que te respete, que no te juzgue. Alguien que se ría contigo, alguien que aguante si estas triste o te pones loca, alguien que te haga un clóset enorme para 250 pares de zapatos y que se aprenda todas las letras de tus canciones favoritas aunque sean de timbiriche, alguien que esté contigo en los momentos importantes, alguien que te defienda aunque tú te puedas defender sola, alguien que baile contigo aunque no le guste bailar, nada más porque tú se lo pediste.."

Y sin pensarlo, yo haría eso y mas por tí, sólo por un poco de tu luz, pues no me importa que no tengamos nada oficial porqué el simple hecho de estar contigo me hace féliz. Solamente quiero estar contigo y esperar a que las cicatrices hayan sanado y puedas entregarte de la manera que quieres y deseas hacerlo.

Y en esta noche de luna cuasi llena, te pido perdón por los errores y ofensas cometidos. Pues, si pudiera, te entregaría los cielos sólo para pedirte que me perdones. Te adoro.